Publicado el 2021-08-26 por
Norlan Echevarria
Quienes conocen la naturaleza cubana saben que en lugares insospechados puede descubrirse la verdadera belleza paisajística de la mayor de las Antillas, y así sucede con Topes de Collantes, ese paraíso de la provincia de Sancti Spíritus ubicado a unos 800 metros sobre el nivel del mar.
Uno de esos parajes idílicos y que sorprende es el Salto del Caburní, sitio que aunque se encuentra a unos siete kilómetros de ida y de vuelta desde los hoteles de la zona, pone a prueba la resistencia del caminante debido al abrupto relieve.
El sendero comienza cerca del Kurhotel Escambray, recorriendo 3,5 kilómetros a través de frondosos bosques, afloramientos rocosos únicos y progresivamente más acantilados con forma de cañón, hasta llegar a una de las cascadas más altas del país.
Realmente el serpenteante curso del Salto del Caburní se asemeja más a un tobogán acuático natural que a un diluvio, pero sigue siendo un espectáculo impresionante; incluso más gratificante por la piscina natural de abajo.
El excursionista queda admirado ante un panorama singular y algunos creen que posee una aureola mágica, quizás por lo desafiante que puede ser llegar al Salto y escuchar el susurro constante de las aguas.
La enorme poceta de aguas cristalinas y frías, típico de estos paisajes ubicados en las montañas, hace que el amante de la naturaleza olvide sus pesares y se tome varios momentos para deleitarse con esta maravilla natural que se abre paso entre las rocas y termina, precisamente, en una poza cuya profundidad se pierde a la vista.