Parrandas de Remedios

Publicado el 2017-12-22 por Lisandra Nieto Basnueva

Surgen alrededor de 1820 cuando un sacerdote llamado Francisco Vigil de Quiñónez (Francisquito), decidió contratar a un grupo de niños para que, en las frescas madrugadas del 16 al 24 de diciembre, hicieran un ruido infernal y despertaran a los vecinos de la villa, que preferían quedarse durmiendo y no participar en las misas de Aguinaldo. No se sabe con certeza si el joven sacerdote logró el sentido religioso, pero este alboroto evolucionó y trascendió como una genuina tradición folklórica que se ha convertido en Fiesta Nacional. Alrededor de la media noche se produce una relativa calma y en la Parroquial Mayor, en medio del escenario, se celebra la Misa de Gallo. Luego continúan las entradas con los más variados fuegos y la música de los piquetes entonando las rumbas de desafío y las polkas.

Entre las dos y las cuatro de la madrugada hacen su entrada las fastuosas carrozas con sus historias, sus descubrimientos y sus personajes estáticos, en una hierática representación del cuento narrado. Al amanecer del 25 de diciembre, los barrios recorren las calles remedianas proclamándose vencedores mientras entonan las rumbas de victoria al compás de los grupos. Esta maravilla del folklore cubano no cuenta con un jurado que elija un vencedor. Por eso el pueblo es siempre el triunfador.

El municipio de Remedios, engrandeció e influenció el arte cubano: las Parrandas Remedianas, con su eterna rivalidad entre dos, se extendieron a otros pueblos y ciudades, y es considerada una de la tres Fiestas Nacionales de nuestro país.

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